Es difícil describir cómo es un día en nuestra escuela, ya que afortunadamente no hay dos días iguales, pero intentando hacer un esfuerzo explico lo más detalladamente posible cómo es la estructura que engloba a priori a todos los días.
Nuestra hora de apertura ronda entre las ocho y las ocho y cuarto, a esa hora recibo con la escuelita totalmente en silencio y vacía, aunque con la esencia de ellos/as a los primeros niños/as. Suelo salir al encuentro de los primeros y los acompaño hasta dentro, una vez que llegan casi siempre lo primero que hacen es buscar a nuestra mascota Ramona, una tortuga muy paciente y amable, una vez que la localizan que al igual que ellos/as nunca está en el mismo lugar, la saludan y ya se dedican a descalzarse de los zapatos de la calle y colocarse calcetines o alguna zapatilla para estar allí, sacan sus desayunos y botellas de agua de las mochilas y ya libres de abrigos se dedican bien a charlar entre ellos, a ojear algún cuento, jugar con Ramona… mientras esperan impacientes a que vayan entrando más amigos. Aproximadamente sobre las diez de la mañana suele estar todo el grupo al completo, aunque no siempre es así. Cuando ya estamos todos o casi todos/as comenzamos con el desayuno, aunque no a todos/as les apetece, solo toma algo el que quiere: tostadas, fruta, zumos, algún bizcocho o galletas caseras que alguien ese día haya traído… y ya sobre diez y media más o menos nos reunimos todos/as y hacemos “el saludo al sol”, con ejercicios de yoga y si el grupo está receptivo y no tienen una prisa determinada por algo concreto aprovechamos que estamos todos/as juntos/as para comentar algo importante, cantar algunas canciones, recitar algunas poesías, contar cuentos… Una vez terminado esto tocamos un momento un cuenco tibetano, esto crea un clima muy agradable de calma y misterio idóneo para dar comienzo a lo que llamamos “la concentración”, consiste en coger materiales de las estanterías, cada uno el que quiere y trabajar con ellos, intentando que vayan rotando por todos ellos a lo largo de todos los días, este momento del día puede ser individual, pareja o como máximo grupos de tres o cuatro niños/as y tiene una duración máxima de una hora, pasado este tiempo se vuelve a tocar el cuenco y ya todos/as saben que la concentración ha terminado, si alguien quiere continuar con la actividad que está realizando puede hacerlo sin problema. Ahora es el momento de recoger todos los materiales, son aproximadamente las once y media o doce y cada niño/a decide ir a donde más le apetece: puede ir hacia cualquiera de los dos patios exteriores que tenemos para lo cual tienen que ponerse un calzado adecuado, pueden salir hacia la zona de campo igualmente con su calzado, pueden quedarse dentro haciendo cualquier actividad que les interese, hay quien aprovecha para tomar alguna fruta, otros se ponen en marcha con el proyecto que en ese momento tengamos entre manos, ahora mismo estamos con el reciclaje, reutilizar y reducir y en concreto estamos preparando un mercadillo con ropa usada y otros complementos: clasificamos por sexo, por tamaño, por utilidad, elaboramos etiquetas, les ponemos precios…cuando lo tengamos terminado buscaremos un sábado por la mañana y haremos el mercadillo, los padres están también colaborando, de momento trayendo ropa y cuando llegue el día colaborarán con otras actividades.
Sobre las doce y media dependiendo del día hacemos una actividad concreta y programada, igualmente para quien le apetezca: huerto, música, braingym, inglés y danza.
Sobre la una y media lo recogemos todo y nos disponemos a tomar el almuerzo, la mayoría de los niños/as traen su comida de casa en un termo y los que no, son de catering. Comemos todos/as juntos/as y conforme van terminando llevan su plato sucio al fregadero y por parejas y turnos que hay establecidos friegan los platos.
A partir de las dos y cuarto o dos y media ya comienzan a irse, ahora son los padres los que entran al salón a recoger a sus hijos/as o si están fuera lo recogen de allí, normalmente ya sin prisas se quedan un rato hablando, comentando alguna cosa que quieran saber, o yo les cuento algo de sus hijos/as que sea significativo o de la escuela que necesiten saber… así va pasando el rato hasta las cuatro que se van los últimos. En ese periodo hasta que se van no hay nada programado ni establecido, dependiendo del día y de cómo vaya surgiendo hacen una actividad u otra o se quedan en la zona de descanso con algún cuento reposando la comida.
En todo momento yo estoy disponible para quien me necesite, cuando algún niño/a quiere algo tiene que pedir ayuda, bien a mí o bien a otro/a compañero/a. Estoy todo el tiempo observando su comportamiento ante cualquier adversidad, o sorpresa, conflicto, sus movimientos, sus preferencias, su manera de relacionarse con los amigos/as, su estado de ánimo…
English version:
One day at school by Isabel Abad
Each day is different in our school, but we have a structure that guides the daily rhythm.
The door is opened at eight, and the first kids come about 8:15. When I see them coming, I usually go outside to receive each child. The school is entirely silent and empty, but the first children bring light and joy to each corner.
The first thing we usually do is look for Ramona, our patient, and kind turtle. She is never in the same place. When we find her, we greet and observe her a little bit.
After that, they start changing their shoes to have their socks or sleepers to be comfortable inside the school. Then they leave their backpacks with water bottles and lunchboxes close to the kitchen in a specific area we have destined for this. The rest of the time until ten, they are playing freely while the rest of the group arrive. They wait impatiently to see the rest of their friends. I take advantage of preparing our breakfast to enjoy together later.
At 10:00h, we sit down together and greet everyone and have breakfast (bread with olive oil, fruits homemade cookies that someone has brought that day …).
At about 10:30, we have our Sun Salutation with some yoga exercises to start our activities together. When we finish, we share a poem, verse, or song about the specific topic we are working on.
One this is done, we play our Tibetan bowl for a moment, and it is magical! The tone that it produces is calming and intriguing. So they are ready to listen to what is coming next. The concentration-time begins.
During the time of concentration, they can freely choose the activity they want to do among the proposals we offer, and then they have to rotate and chose a new one. There are no more than three children in the same activity. This part is planned as an individual work. We usually spend about one hour on this part.
After playing again the Tibetan bowl, about 11:30, they have to clean up, and then they are free to decide where to play or what to do. If they want to go outside, most of them, they have to change their shoes and wear appropriate clothes depending on the weather.
Some of them make this transition as an opportunity to sit down again and eat something.
We always have a project that we work on with specific objectives, for example, to prepare a second-hand market at school for families and friends, and during this second part of the morning, some of the kids ask to work on these tasks.
At about 12:30, we have one specific activity every day: garden, music, brain gym, English, or dance. It is not mandatory, but we encourage children to participate.
At 1:30, we clean up again and start preparing lunch to eat together. Most of the children bring their food from home, and few of them have catering. We all eat together, and when they finish, they clean the table and two by two ever day, clean the plates.
Between 2:15 and 2:30, parents are coming to pick the kids up. They come inside and sometimes spend some time with us, so I take to advance to share with them the day or something specific about their kids. Until 4 I’m at school with those children who need to stay more because their parents are working. They still playing and having fun until they leave school.